sábado, 20 de junio de 2020

ALLINQHÁPAQ 2020


Foto: Redes
El Allinnqhápaq Raymi, festival situada en Macusani-Carabaya, se ha ido convirtiéndose en los últimos años, en una de las actividades más importante en el norte de Puno, actividad centrada en la muestra de diversidad de danzas, que expresaban a su vez en ella, una manifestación cultural distinta. Claro está, que este año no será igual; no obstante, esto no es óbice para recordar esta tradición que nace a partir de la convivencia de hombre andino o a la que se denomina, la cosmovisión andina al pie del Rey Allinqhápac.

Miles llegaban hasta la explanada, precisamente en estas fechas donde además ingresamos a un año Nuevo Andino.

De este total de concurrentes, un buen número eran procedentes de otras provincias de la región o de alguna parte del país; es lógico que temporalmente se generaba un movimiento económico, aunque ello puede ir mejorando a algo más sostenible con un trabajo más serio de turismo. Pero por ahora, ello será a futuro por el actual contexto mundial.

También es verdad que el glaciar que cubre el imponente Apu y su contorno, por esta ocasión se dará un ´respiro´ debido a lo masiva acumulación de residuos, incluso los lugareños hablan de un cambio de escenario para este festival para preservar la estructura visual del nevado, bueno, eso lo dejamos para el debate posterior.

Ahora quería compartirles un relato que lo plasmó Gustavo Aguilar Narvaes, a quien conozco por su ímpetu de descubrir más de nuestra cultura, en “LA DANZA DE LOS GUERREROS UNKAKOS”. En una de sus páginas habla precisamente del El rey Allinqhápaq y textual dice:

Dentro de la tradición oral y las expresiones contemporáneas, se conoce a este mítico rey como Apu Allinqhápaq, el termino Apu, lleva como significado el gran protector, que se apiada de su gente que es piadoso y sabio, una especie de dios que está mucho más alto que el rey, depende de la denominación si esta contiene el término “Qhápaq”, o apu-Qhapuq, entonces se trataría de un ser que es mucho más que rey, prácticamente un diosencarnado, quevive con los mortales en una vida mundana, protegiendo, enseñando a su gente, el buen vivir y que les había ordenado a todos quienes amaba que era su población el Qhápaq Ñan, porque ese era el camino que debía seguir (Gregorio Alvaro Arapa, Comunicación personal,13de diciembre del 2017)

El autor también menciona diferentes mitos para un mejor conocimiento de este gran rey, sin embargo, antes de compartirles una de ellas, quería soslayar un análisis particular que hace Aguilar Narvaes tras presentar diferentes teorías, dice: “por muchos años se ha tergiversado y malinterpretado, en la provincia de Carabaya, se asumía el término ccapac, para referirse a un hombre o a la misma provincia, como ricos en minerales, especies de mucho dinero; sin embargo, no se concebía que este término podría ser mucho más antiguo que el propio imperio inca. Este significado está más relacionado al juicio sobre la calidad humana de las personas o a las características cualitativas de las personas a quienes se dio este apelativo”, coincido.


Continuando con el análisis, compartimos uno de los mitos:


“En un oculto llano, en lo más alto de la tierra, gobernaba a sus pueblo laborioso y soberbio, el joven y poderoso rey Allincapac. Aseguran era un blanco. Por su sabiduría y tenacidad y con el apoyo de su bella esposa Macusa, había llevado a su pueblo a la grandeza y prosperidad. Un extenso y productivo territorio estaba a su merced; tenía la exuberante selva rica en flora y fauna; la región alta denominada todo el reino y donde estaba además la residencia del rey, les brindaba a los camélidos de la fibra más fina y una fértil tierra; ambas regiones eran depositarias de los metales más preciados: el oro entre ellos, en abundancia” (…)

Es solo la parte introductoria de este relato, el íntegro de la narración está en el libro que lo trabajo recientemente Gustavo.

Este año no será igual, pero no debemos olvidar este exquisito legado que nos dejaron nuestros ancestros y sobre todo recordar a quien consideramos en Carabaya, nuestro protector Apu Allinqhápaq